El título de esta obra, extraído de una novela de anticipación gótica, da la impresión de ser una ratificación de algunas visiones apocalípticas que profetizan hecatombes o cataclismos que azotarán a un género humano absorto en la mesurada autocondescendencia de lo fugaz y materialista; asimismo, parece anquilosar conciencias y voluntades a diestra y siniestra. Sin embargo, El Anticristo tiene la insólita cualidad de ser una especie de reto intelectual, incluso espiritual, además de que obliga a la meditación decidida pero profunda de los principios filosóficos y religiosos del pensamiento judeocristiano..