Desde los tiempos de Darwin, nos han contado que nuestra especie tiende naturalmente a la monogamia sexual. Pero, ¿cómo podemos conciliar la realidad, mucho menos monógama, con este tipo de discurso? En el principio era el sexo, siguiendo la tradición de la mejor literatura histórica y científica, da la vuelta con insolencia a postulados injustificados y a conclusiones sin fundamento, ofreciendo a cambio una forma revolucionaria de entender por qué vivimos y amamos como lo hacemos.