Este libro trata de la avaricia, pecado capital que raramente se manifiesta como tal. Con frecuencia adopta el aspecto de la avidez, de la codicia, del ansia, de la usura, de la concupiscencia, del hambre de riquezas, de la tacañería o de la mezquindad. A partir de lo molesto que resulta la avaricia de los otros, el avaro puede deducir lo que los demás sienten con respecto a él. En interés de su amor propio, el avaro se ve empujado a comportarse como si no lo fuera.