TEITELBAUM PHILIP, TEITELBAUM OSNAT
Durante muchos años, el diagnóstico del autismo se ha centrado en el grado de interacción social que presenta el niño: desde la falta de contacto visual hasta la ausencia de habilidades lingüísticas y de comunicación. Una intervención temprana es clave para conseguir un tratamiento efectivo, las señales reveladoras de este trastorno no suelen ser evidentes hasta que el niño cumple dos o tres años. El enfoque de este libro parte de la idea de que es posible detectar un trastorno autista durante el primer año de vida a partir de los movimientos que lleva a cabo el bebé. Los autores han estudiado la forma de darse la vuelta, de sentarse, de gatear y de andar de los bebés, y han desarrollado distintos métodos para identificar unos patrones de movimiento que parecen ser precursores del autismo.
Existe una manera de detectar posibles indicios de autismo desde una etapa muy temprana de la vida del niño, momento en que la terapia puede ser más eficaz. En esta obra se halla la clave para ofrecer un futuro mejor tanto a los niños autistas como a sus familias.