Alain Badiou -adversario de la sociedad consumista-, no ofrece una vuelta a viejos valores. Por el contrario, para él, la "vida verdadera" no está en el mercado, ni en la religión, ni en el seno de la familia. Los jóvenes sólo podrán experimentar una "vida verdadera" si se permiten -y se les permite- una lenta exploración y construcción de su propio ser a través de la experimentación de las relaciones amorosas y la adquisición de un desinteresado compromiso político, impulsado por la búsqueda del bien común.