En este examen muy personal sobre las familias contemporáneas y los bloqueos mentales y emocionales originados por la muerte de seres queridos—en particular los padres—Lolita Bosch demuestra una franqueza reconfortante mientras afronta la vida de su familia y sus propias enfermedades físicas, al mismo tiempo que trata temas como la dificultad de escribir, la enfermedad, la muerte, la vida y la necesidad. Tanto un ensayo narrativo sobre el miedo a la creación como una autobiografía fragmentada y una declaración de intenciones para el futuro, esta crónica es también un testimonio del poder de la literatura como una fuerza curativa.