Los relatos de horror deben haber nacido junto al lenguaje mismo, suscitados por el miedo a la noche, la oscuridad, la lluvia y las criaturas de la naturaleza. Son parte de todas las tradiciones folclóricas y satisfacen nuestra curiosidad más atenta y mórbida. De todos esos relatos extraordinarios, de misterio y fascinación ante lo desconocido surgió la literatura de terror, que nutre inextinguible el material del teatro, el cómic y el cine...
