El Areópago, la colina de Ares (o Marte) en Atenas, era el lugar de las grandes asambleas y el tribunal judicial más alto de la polis. Milton habla al Parlamento inglés como si lo hiciera ante el Areópago de la Antigüedad. Su asunto es la libertad de imprenta -nada menos contra los inquisidores y contra quienes amenazan la difusión del conocimiento- y la diatriba miltoniana despliega toda una cátedra de argumentación y estilo.