Una noche, muy tarde, acosada por un repentino ataque denhambre, una pareja que apenas ha empezado a convivir y casinno tiene comida en casa decide salir a buscar un restaurantenabierto donde poder saciarse. El hombre confiesa a suncompañera que ya ha sufrido otro episodio similar en el pasado,nresuelto con el asalto a una panadería, donde él y un amigo de lanépoca pudieron comer pan hasta hartarse a cambio de recibirnuna imprecisa maldición y escuchar sin ganas la músicanpreferida del panadero, fanático de Wagner. Desaforada, lanpareja cede a la presión del hambre y sale a la noche de Tokionarmada con una vieja escopeta, buscando el olor a pan.