El 5 de febrero de 2017 se cumplieron cien años de la Constitución y del artículo 123, precepto que junto con el 27 le dieron a la Carta Magna un cariz social. La intención de esta obra es rendir homenaje al pueblo que con la Revolución destruyó el régimen de injusticia y explotación del porfirismo, y al constituyente de 1917, que nos legó un documento fundacional de nación por el que México obtuvo reconocimiento y prestigio al incluir en éste, por primera vez en el ámbito jurídico internacional, los derechos de los grupos sociales. ¿Cuál es el significado del artículo 123 en el proyecto de país surgido de la Revolución? ¿Qué cambió en nuestra sociedad a partir del 5 de febrero de 1917? ¿Cómo ha evolucionado ese precepto y su ley reglamentaria? Son algunas de las preguntas que se contestan en este libro, a la par que se analizan los antecedentes de dicho acontecimiento social y jurídico, su entorno y proyección hacia el futuro. Desde luego que el México actual no es el mismo de aquel tiempo; por lo tanto, se requieren ajustes en los modelos económico y legal, pero esto no significa abandonar los principios protectores del artículo 123, a pesar de que la globalización económica nos ofrece un panorama laboral en el que el capital extiende sus tentáculos en busca del dominio mundial. Esta realidad genera problemas diversos: las inversiones son, en gran medida, especulativas; los avances tecnológicos aumentan considerablemente la producción, pero reducen de igual manera el uso de mano de obra; la flexibilización del empleo, la precarización de su estabilidad, el outsourcing y la afectación a la seguridad social son consecuencias nocivas que, por supuesto, recaen en los trabajadores. Por otra parte, en la obra se revisa la reforma a los artículos 107 y 123 constitucionales, en la que se advierte un reconocimiento de los rezagos, ineficiencias y vicios con que se ha conducido la justicia laboral. En tal iniciativa presidencial del 28 de abril de 2016 se planteó el cambio de paradigmas y la modernización de la justicia. Sin embargo, presenta una serie de carencias que impiden una transformación verdadera en el sentido que plantea, empeorada por la reforma a la Ley Federal del Trabajo en ciernes, que amenaza con desandar el camino al mantener el sistema tripartita para los organismos de conciliación y de registro de sindicatos y contratos colectivos. El artículo 123, como señaló Jorge Carpizo, es una promesa de humanidad y de justicia, pero por las trabas del sistema corporativo y neoliberal no se ha constituido como realidad. No obstante, alentamos la esperanza de que un mundo mejor es posible, un mundo en el que la dignidad del trabajo sea la directriz en la construcción del bienestar social.
