Pocos libros pueden identificarse tan plenamente con su autor, y pocos autores pueden sentirse esencialmente resumidos en un libro como es el caso del binomio Castilla y José Martínez, Azorín. Este libro de Azorín es un viaje de ida y de regreso, circular, como el eterno retorno, al mismo punto de partida: un espacio cerrado que se llama Castilla, que está muy lejos del mar, pero que sueña con el amor y el tiempo.