Entre los capítulos ocho y nueve de la novela El Esclavo se abre un paréntesis en el que el prootagonista y su "guia" hacen un valiente análisis de las creencias que gobiernan nuestras vidas. No es nada fácil cuestionar y poner a prueba lo que nos han dicho, una y otra vez, que no debe cuestionarse. Sin embargo, el que quiere ser libre deberá analaizar todas las ideas, creencias y conceptos que se tragó completos. Esa es la única forma de hacerse el maestro de uno mismo. El camino a la libertad es el camino del guerrero, el camino de la rebeldía. solo la persona que se atreve a rebelarse en contra de los que le ha sido impuesto, a romper las cadenas que le atan, a cuestionar lo que nadie se atreve cuestionar, podrá ser libre...