Cuando Gonzalo compró una antigua máquina de escribir, lo hizo con la certeza de que Bram Stoker había creado en ella su máxima obra:áDrácula. Emocionado por su adquisición, decide invocar al famoso escritor irlandés en una sesión espiritista a la que invita a sus amigos Juan Pablo y Marisol. Con esceptisismo y entusiasmo, los jóvenes inician el ritual que tendrá un final inesperado: los protagnistas amanecerán en una ciudad en guerra, durante el preámbulo de la Decena Trágica.