La formulación clásica de los derechos fundamentales como límites únicamente frente al poder público ha resultado insuficiente para dar respuesta a las violaciones de dichos derechos por parte de particulares. Se ha mencionado que la idea paleoliberal de la eficacia únicamente vertical —limitada a los poderes públicos— de los derechos fundamentales, en forma gradual ha ido abriendo paso a la noción jurisprudencial consistente en que los derechos están provistos de eficacia horizontal, siendo derechos no sólo universales sino también absolutos, erga omnes, que vinculan también a los privados en las relaciones de poder que tengan: laborales, familiares, actividades de mercado y en la esfera de la información. En el presente número de Garantismo Judicial se explora dicho tema a la luz de distintos artículos teóricos y de diferentes sentencias que en el campo del derecho comparado han puesto de manifiesto la eficacia de los derechos humanos en las relaciones entre particulares; eficacia que se ha llevado a los tribunales tanto de manera indirecta, a través de los juicios ordinarios respectivos (civiles, laborales, administrativos, entre otros), como de manera directa mediante la procedencia inmediata de la acción de amparo frente a los actos de particulares que violan derechos humanos en determinados supuestos, en algunas latitudes.
