Este texto se centra en desentrañar el tipo de relaciones existentes entre los poderes legislativo y ejecutivo de la unión; y para ello, el autor expone y cuestiona con dureza las anomalías y formas corruptoras con las que se ha desarrollado el presidencialismo decadente en México. Con tal enfoque, Miguel Eraña Sánchez se propone y logra desenmascarar con sorprendente detalle y con el estilo de un constitucionalista disidente (y aguafiestas) la naturaleza del gobierno de coalición, que se plasmó en la Constitución desde 2014 y hoy está a un paso de su primera materialización posible, a partir de diciembre de 2018. El autor concluye, con tono controvertido y crítico, que la única beneficiaria del gobierno de coalición es la partidocracia, calculadora y convenienciera que ha creado una manera de gobernar a modo (sin discusiones pluralistas y abiertas) para que, en adelante, el Senado (y la Cámara de Diputados) sea el lugar donde el presidente de la república quede preso de un asambleísmo sin freno, al cual contribuirán las nuevas facultades de ratificación del gabinete presidencial y otras prerrogativas camerales dislocadoras, por lo cual Eraña sugiere contenerlas en el propio texto constitucional o en las inminentes leyes reglamentarias para evitar que se trasponga el presidencialismo nefasto por otro gobierno, asambleario y partidocrático (ávido de lugares en el gabinete).
