La escuela es un proceso socializador, no sólo académico. La escuela debe ser una institución que proponga mejores alternativas de interrelación social y no limitarse a ser el espejo o el recipiente de los vicios y la decadencia social, al ser la institución con más posibilidades de influir positivamente para el cambio social, rescatando su misión propositiva. Plantea diversas estrategias para que los profesores puedan mejorar su toma de decisiones en el aula y en la escuela respecto a temas disciplinarios y la interacción con sus alumnos y padres de familia. Plantea que los principios de universalidad, humanismo, socialización y ética deben estar por encima de la formación estrictamente académica o tecnológica.