Nuestra vida social y política difícilmente podría concebirse sin la idea de la laicidad. Gracias a ella se transitó de autoridades sustentadas en un poder divino a gobiernos fincados en la voluntad de los ciudadanos y en la diversidad que ellos suponen. Comprender y defender este concepto no sólo implica asumir la separación de los asuntos del Estado y las iglesias, sino entender la importancia que poseen la libertad de conciencia, la autonomía de la política frente a lo religioso y la igualdad entre individuos, creyentes o no creyentes.
En esta obra, escrita por una de las autorridades en en la materia a nivel mundial, el lector encontrará una discusión enriquecedora y amena en la que podrá rastrear los orígenes de esta categoría desde la Reforma protestante, la Revolución francesa y la independencia estadounidense hastas nuestros días; las fuentes semánticas de las que proviene y los usos que se le han dado; su incorporación y defensa en la política y legislación mexicanas, así como las soluciones que plantea para enfrentar los dilemas que arroja la sociedad contemporánea.
Lejos de estar frente a un concepto rebasado por los caminos de la hsitoria, estamos, como sustenta este ensayo, ante una idea en constante tranformación, que puede conducirnos a consolidar sociedades más democráticas, justas, tolerantes e igualitarias.
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