Es la mejor historia jamás contada: la historia de un joven que conoció a Jesús y se atrevió a hacerle preguntas que han consumido a la humanidad a lo largo de más de 2 000 años. Se llamaba Segatashya. Se trataba de un pastor que nació en una familia pagana que era pobre y analfabeta, en la región más remota de Ruanda. Nunca asistió a la escuela, nunca había visto una Biblia y nunca había entrado a una iglesia. Entonces, un día de verano en 1982 mientras Segatashya descansaba bajo la sombra de un árbol, recibió una visita de Jesucristo. Jesús le preguntó al asombrado joven si estaba dispuesto a llevar a cabo una misión para recordarle a la humanidad la forma de llegar al cielo.
