El argumento principal del libro radica en conocer si existe una tensión en la filosofía contemporánea en torno al problema de la subjetividad que se decanta por una perspectiva epistémica y científica, descuidando su dimensión ontológica, es decir, su modo de ser. Frente a ello, se considera plausible la defensa de una ontología de la primera persona: la realidad de la subjetividad de la experiencia posee una legitimidad del que un abordaje reduccionista o fisicalista no puede dar cuenta. El tema ha provocado disputas interesantes entre los partidarios de un abordaje objetivista y los que, en afinidad con la tradición fenomenológica, consideran que la subjetividad posee una realidad no reducible a criterios objetivistas. Así, para ofrecer una aproximación a tan compleja problemática se busca mostrar cómo se planteó la cuestión de la subjetividad en la fenomenología a través de sus representantes más preclaros para comprender por qué se encuentra en ella una defensa de la realidad de lo subjetivo, es decir, una ontología de la primera persona.