Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este canimo de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias.
Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad.