La idea de escribir esta obra no salió totalmente de Saint-Exupéry, fue una feliz coincidencia. Alrededor de este cuento para niños, existe una gran anécdota: según gente muy allegada a él, siempre andaba dibujando niños por todas partes, en servilletas, cartón hojas y menús de restaurantes; hasta que cierto día su editor le preguntó: ¿Qué dibujas? La respuesta fue muy sencilla? Poca cosa, es el niño que llevo siempre en el corazón. El editor respondió aprovechando la ocasión: ¿por qué no escribe la historia de ese niño, para un libro de niños? Así nació El principito. Saint-Exupéry, siempre fiel a su obra, nos retrata recuerdos de su niñez, de cuando era enteramente feliz y puro. ¡Para todos los niños del mundo, chicos y grandes!