La guerra cristera narrada desde la perspectiva de un combatiente común enfrentado a la crueldad, la culpa y la manipulación de las conciencias. En el México posrevolucionario, a finales de la década de los veinte, comenzó uno de los conflictos armados que costó más vidas humanas: la guerra cristera, en la que el gobierno y grupos armados controlados por la iglesia se enfrentaron encarnizadamente. Mario, el protagonista de esta novela, vive en un pequeño poblado que es arrasado por una inundación y marcado por las adversidades del México rural. Al hacer el recuento de su propia vida, descubrimos cómo se suma al ejército cristero, prácticamente obligado por el sacerdote de su pueblo. La crueldad y la dureza de los enfrentamientos no se hacen esperar. Él y sus compañeros asesinan a unos arrieros, sin saber que son aliados de su causa, por lo que después estarán a punto de ser linchados. Así comienza una travesía definida por las batallas, la cárcel, la violencia entre ambos bandos, así como por las intrigas, la manipulación de la conciencia, el fanatismo religioso y la culpa.
