La frontera entre el mundo real y el digital se ha desdibujado en las últimas décadas y ello ha afectado también al sector retail (comercio minorista), que ha experimentado una profunda transformación. Con las nuevas tecnologías, el comercio ha entrado en la era Omnichannel y se enfrenta al reto de personalizar la relación con el cliente tanto como en Internet pero con la humanidad que no puede transmitir una pantalla.