En contraste con la idea de obra, el dialecto literario acuñó el término libro único. A esa categoría pertenece Los enamorados. Alfred Hayes escribió por única vez una obra maestra. Las fórmulas del amor -las que suponen un paraíso de éxtasis y felicidad, las que reclaman un vacío recíproco de identidad y posesión- pueden incluirse en los pliegues del relato, que consiente todas las situaciones y circunstancias capaces de sustentarlas.