Si alguien nos preguntara el motivo por el cual, lo que hoy es la escuela médica homeopática Argentina, se ha mantenido inmune a la contaminación organicista que, en forma prácticamente universal, ha distorsionado hasta tornar irreconocible a la verdadera imagen de la homeopatía, no vacilaríamos en señalar, como tal, a la feliz conjunción de dos factores.