Eberhard Arnold, una de las figuras cristianas más notables del siglo XX, abandonó su carrera como teólogo universitario para vivir el espíritu radical del Sermón de la montaña. Para ello fundó el Bruderhof, una comunidad arraigada en la tradición anabaptista. De él dijo Thomas Merton: «Los escritos de Arnold tienen toda la sencilla y luminosa visión de las cosas que yo he llegado a asociar con su nombre. Llevan la auténtica marca de un cristianismo evangélico y me conmueven intensamente, por lo que le estoy profundamente agradecido».