En esta obra se invita a los maestros, estudiantes, profesionistas, emprendedores, empresarios y a la sociedad en general, a luchar contra lo que se puede llamar los enemigos comunes de la humanidad: las diferencias de la educación, el desempleo, la pobreza, la migración, el calentamiento de la atmosfera… adoptando principios sólidos frente a la crisis moral que enfrenta la humanidad. Siempre hay una gran necesidad del servicio social de estudiantes y personas que estén dispuestas a pronunciarse y hacer lo que es correcto para su país y el bien público. Se propone la educación integral que va más allá de la mera instrucción, en cuanto ahonda en el cultivo espiritual del ser humano, justamente en su carácter ético social e íntimamente vinculada con la contribución a la formación de nuevas generaciones.
La ética es necesaria para crear y preservar el valor de una empresa. Los inversionistas buscan invertir en organizaciones que son confiables. El ambiente de confianza que se genera puede producir beneficios a la empresa, mayor demanda de sus productos, acceso a mercados de capital, mayores utilidades y, en general, riqueza, no solo para sus accionistas, sino también para sus trabajadores. De este modo las empresas logran sus objetivos económicos y sociales.
En Ética social, se narran vivencias y frases de algunos personajes extraordinarios que no dejan lugar a duda de que “el amor es la meta última y la más alta a la que puede aspirar un hombre”.