El autor de este libro ha dedicado gran parte de su vida a la docencia. Después de impartir la materia de ética y deontología jurídica durante veinte años, ha decidido publicar sus experiencias para compartirlas con los estudiantes. Consciente de la importancia de esta disciplina en la formación de los futuros licenciados en Derecho, Ruiz Rodríguez estructuró el texto en dos partes, para una mejor comprensión. La primera parte está dedicada a la ética, en el entendido de que es el fundamento de la segunda parte, destinada a la deontología jurídica, que trata de las implicaciones de la actividad propiamente jurídica desarrollada por tres figuras: abogado, juez y notario, de las cuales depende en gran medida la vida jurídica de una comunidad. La obra parte de la premisa de que hay que dedicarse a ser buena persona, fundamento y condición necesarios para, en este caso, distinguirse después como destacados abogados, jueces o notarios.
