La constitución de una psicología social efectivamente histórica se ve impedida tanto por la usual a-historicidad de la disciplina como por la concepción misma de la historia. Buena parte de los presupuestos en que se fundamentan algunas de las reflexiones teóricas sobre la historia, implican importantes compromisos con el tiempo corto y con el tipo de fenómenos que en este se desarrollan.EI carácter ideográfico de los acontecimientos históricos, la teoría de la acción defendida por historiadores y teóricos de la historia, y hasta las concepciones narrativistas del oficio de historiar, quizá sean nociones aceptables en el contexto de lo que normalmente se denomina como historia episódica. Sin embargo, una historia cultural de lo social que pretenda dar cuenta de los modos de pensar y sentir, se ve enfrentada con formas, entidades y estructuras culturales que por su propia naturaleza violentan estos supuestos.Este trabajo responde a un intento por mostrar los vínculos entre la reflexión teórica y el tiempo corto, para a partir de ello sugerir la necesidad de una nueva forma de aproximarse al pasado mediante la concepción de un tiempo social constituido por esas formas y estructuras cifradas en los vestigios de la vida cotidiana de los hombres del pasado.
