«Dios tiene el poder sobre el cielo, la Secta tiene el dominio sobre la tierra y sobre la carne.» No pocos lectores accedieron al arte, al deleite (y al horror) de la novela a partir de Sobre héroes y tumbas, libro que en 1961 se situó en el vórtice de una literatura, la argentina, que gozaba entonces de muy buena salud. De esa novela, Informe sobre ciegos es capítulo central, pero también, y sobre todo, narración independiente. Desde el mundo confinado de un demente se describen los pormenores de un delirio sistematizado con un trágico final advertido; Fernando Vidal Olmos se pregunta: «¿Cuándo empezó esto que ahora va a terminar con mi asesinato?». En la nota preliminar de Sobre héroes y tumbas, Sabato confiesa que conoció personalmente al protagonista del informe y a su hija, y admite que lo escrito es un relato atroz y desagradable cuya reproducción juzga necesaria. Se trata, en fin, de una lectura absorbente y, lo que es curioso, convincente. Ernesto Sabato compuso con esta obra una versión del Infierno, donde el lector se arriesga a abandonar toda esperanza, allí donde no habrá redención. Luis Scafati ilustra con maestría, negro sobre blanco, los detalles de este oscuro laberinto.