nttttt Son décadas de recorrer el mundo y preguntarse cómo contarlo. Martín Caparrós va de la selva boliviana, donde se cuece la coca, a las playas de Sri Lanka, donde los niños se venden por monedas; de los bombardeos aéreos de Belgrado a la bomba capitalista de Hong Kong, de las transexuales de Juchitán a los jirones de La Habana, del condenado a muerte en su prisión texana al exdictador Videla en sus paseos matinales, de las guerrillas de Colombia al corazón de Boca Juniors, de la palabra a la palabra.nEn esos y otros confines del mundo mal conocido, Caparrós construye estas piezas de un género tan antiguo como nuevo: eso que llama Lacrónica y que se ha transformado en una de las formas más fecundas de la literatura en castellano para describir la contemporaneidad. Son historias: grandes reportajes trabajados con las herramientas del relato, de la novela, el ensayo o la poesía para encontrar maneras nuevas de contar el mundo.nEntre ellos, hilándolos, sus reflexiones y recuerdos y hallazgos sobre la función del periodismo, el arte de escribir, la realidad y la ficción.u00a0ntttt