El lápiz de la naturaleza rompe con el mito de la imagen que registra objetivamente la naturaleza para subrayar la intervención de la mirada en el acto fotográfico y que esta, está siempre marcada por las relaciones entre quien mira y es mirado/a, y las relaciones de género. La serie de retratos femeninos y auto-retratos de Venegas, aborda también la cuestión histórica de la mirada masculina habiendo construido ciertas formas de feminidad a través de encuadres de gestos y poses supuestamente testigos de una feminidad "natura" o "esencial". Es decir, la historia de la fotografía canónica plagada de instancias en las que fotógrafos han usado al cuerpo e identidad femeninos para objetificar y sexualizar a las mujeres generando placer a partir de la mirada.