Ana no veía bien últimamente. En vez de sacar a pasear al perro, le puso la correa a la toalla (el perro quedó secándose en el tendedero). Su mamá la llevó enseguida a la torre de especialidades. Mamá e hija quedaron sorprendidas ante los singulares anteojos que les ofreció el especialista... ¡Tenía lentes para toda ocasión!