Este semestre es el último en el cual el alumno tiene acceso directo a la literatura dentro de la escuela. En unos cuantos meses empezarán a recogerse los frutos de las competencias sembradas en los cursos de Literatura I y II. Si cumplimos nuestro objetivo podemos contar con un nuevo grupo de lectores cotidianos, si no lo cumplimos, ellos engrosarán la estadística de los mexicanos que no leen. De ahí la importancia de estos cursos. Del entusiasmo, la entrega y la pasión que imprima el docente a su tarea dependerá en gran medida la motivación, el interés y el compromiso que despierte en los alumnos. Un libro de texto es un instrumento y como tal debe facilitar las labores del docente y del alumno. La estructura de este libro pretende hacer el curso más ágil y placentero, sin alejarse del programa impuesto por la DGB y los lineamientos que el aprendizaje por competencias exige. Los textos que en él se integran son por lo general breves y de muy diversa índole y pueden considerarse una guía de lectura, no una regla inamovible a la cual se exige apegarse. El placer, la emotividad y el crecimiento espiritual son valores agregados que los textos ofrecen y cuyo objetivo es despertar en los alumnos la sed de leer. Este volumen no es la panacea que resolverá los problemas de habilidad lectora y de falta de cultura en nuestro país, pero es un arma para enfrentarlos. Lleguemos entonces con alegría al nuevo curso, al nuevo texto y al placer infinito de la lectura. Creemos un mundo de adictos a esta actividad y alejemos así a nuestros jóvenes de vicios de otra índole que enferman su cuerpo y su alma.
