La argumentación es parte de nuestra vida diaria. Argumentamos cuando practicamos un deporte en equipo, cuando conversamos con nuestra familia, cuando discutimos con nuestros amigos sobre nuestras aficiones, cuando buscamos una pareja afectiva, cuando pedimos trabajo, cuando platicamos sobre las propuestas políticas de los partidos, cuando regateamos el precio de una mercancía con el vendedor, cuando reclamamos, cuando exigimos justicia. Y es que la argumentación es uno de los ejes de la vida en comunidad. Los seres humanos solo tenemos dos caminos para resolver nuestros desacuerdos: la argumentación o la violencia. ¿Verdad que vale la pena aprender a argumentar? La argumentación es la llave para conseguir acuerdos y vivir en una sociedad más justa y pacífica. La lógica es la ciencia que estudia, entre otros temas, las diversas formas de argumentación. ¿Cómo pasamos de una idea a otra? ¿Cómo se sostiene o refuta una tesis? ¿Qué papel deben jugar las emociones en los debates? Pero, sobre todo, la lógica es práctica; es el arte y habilidad de argumentar con corrección y rapidez. Es una disciplina que nos ayuda a perfeccionar la habilidad argumentativa que todo ser humano ejerce. Por ello, este texto se propone desarrollar las competencias que integran esta habilidad tan útil para la vida profesional y personal. Las actividades, los ejercicios, los ejemplos, las conexiones con otras disciplinas son una constante invitación para que el estudiante se ejercite en esta apasionante y rigurosa tarea de aprender a utilizar y evaluar los buenos argumentos. El resultado es un libro estructurado, didáctico y práctico que combina el lenguaje técnico con un estilo afable, directo y sencillo.
