La historia arranca cuando, tras conocer y castigar cruelmente el adulterio de su esposa, el Sultán decide desposar cada día a una virgen, a la que hará decapitar a la mañana siguiente. Para detenerlo, la princesa Scherezade se casa con él, pero urde una treta: cada noche le cuenta una historia, cuyo final pospone para la noche siguiente, en que inicia una nueva… Así logrará mantener durante mil y una noches el interés de su enamorado esposo. Al final, el Sultán exclama: «¡Oh, Scherezade, tras haberte escuchado durante mil y una noches, embebido del gozo de vivir.»