En este libro esperanzador, Nardone aplica su terapia a los ataques de pánico y se pone de manifiesto que ella representa una vía enormemente eficaz y rápida para la superación del miedo.
El miedo, al ser la más primitiva de entre nuestras emociones, cuando alcanza sus extremos, es la más concreta y real de nuestras sensaciones e implica mente y cuerpo en una secuencia reactiva tan rápida que se anticipa a cualquier pensamiento. Las formas y los lugares del pánico son de lo más diverso, todos los conocemos y quizás hemos tenido experiencias alguna vez: el miedo a la altura, a las multitudes, los lugares cerrados, el miedo a volar, a perder a las personas queridas, a los ascensores, al propio aspecto físico. El hecho que este tipo de patología tan extendida sea tan invasora y discriminante para la persona que la padece no significa, sin embargo, que sea una condena de la cual es imposible liberarse.