Altamirano fue un observador del México de su tiempo: gente, países, elementos de prosperidad, progreso naciente, pero también un estudioso entusiasta del pasado nacional. Los artículos reunidos en Paisajes y leyendas realzan los rasgos constitutivos de la comunidad mexicana: tradiciones, historia y creencias contribuyen a formar un cuadro vivo y dinámico del país. Si el interés por estos escritos periodísticos ha perdurado más de un siglo, es porque ofrecen algo más que una mera estampa costumbrista. Adentrándose en las raíces de las manifestaciones que describe, Altamirano muestra al lector lo que hicieron, pensaron y fueron sus antepasados, es decir, la herencia que ha recibido el mexicano de hoy. Y tal vez lo más revelador sea la personalidad del propio Altamirano: sus aficiones, contradicciones, nostalgias y el modo de enfocar su identidad mexicana.
