En los últimos años la discusión de la política social se convirtió en parte importante de la agenda pública, más allá de las aulas y las instituciones. Sin embargo, su tratamiento no ha alcanzado grados de rigurosidad aceptables y muchas veces estuvo dirigido a impugnar la distribución secundaria del ingreso o a estigmatizar a los sujetos de derecho a los que están dirigidas.