Eugenia de Montijo nació en Granada en mitad de un terremoto y su vida apasionante estuvo llena de sucesos prodigiosos y aventuras extraordinarias en los que su belleza, ambición, falta de escrúpulos, soberbia y atractivo sexual la hicieron destacar por encima de todas sus contemporáneas. Quiso entregarse al duque de Alba, que la rechazó, intento suicidarse por amor, envidio a su hermana hasta su muerte, fue acosada por los amantes de su madre, la promiscuidad, el libertinaje, la ruina y el desprecio social. Pero también los libros, el alto concepto del honor, la risa y el amor a la belleza acunaron sus años de juventud en la convulsa corte española, de la que surgió bella, libre y ambiciosa.