Favorece la reflexión sobre el propio pensamiento que genera las emociones. Promueve el conocimiento de uno mismo, la autorregulación, el respeto hacia los demás, la aceptación de la diversidad y la participación de la familia en la formación de valores. Contribuye a la formación de ciudadanos “sanosö emocionalmente y comprometidos consigo mismos, con su comunidad y con el planeta, promueve, a partir de la práctica filosófica la dimensión de “pensar junto con los otrosö en un ambienta solidario y cooperativo de discusión.