El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una perturbación frecuente sobre la que existe un arduo debate que invita a la discusión. Quienes lo padecen son reacios a la consulta porque suelen mascarar el problema detrás de una excesiva responsabilidad y hasta de una buena cuota de sacrificio. Los demás suelen verlos como personas muy responsables, y los médicos generales tardan en detectar en sus dolencias las señales de una perturbación emocional. Por ello, los especialistas promueven, además de un menú terapéutico variado, el empleo de diversos recursos de autoayuda.