Todos los padres de familia quisiéramos que la vida para nuestros hijos fuera con el menor número de tropiezos, que estuviera llena de éxitos, prosperidad y felicidad. Los padres pensamos que nosotros hacemos "todo lo mejor" para que ellos se eduquen y estén preparados para su vida personal. Pero la experiencia de la paternidad no es tan simple, porque ser padre de familia requiere de liderazgo, de una actitud mental positiva, de esfuerzo y voluntad. Pero, ¿Cómo ser un buen padre?, si como personas, como seres humanos tenemos muchos traumas y complejos. Preguntémonos ¿Somos totalmente felices? ¿Tenemos la capacidad de educar a nuestros hijos por los valores que nosostros tenemos? Ser padre de familia es un gran compromiso con la sociedad y con la humanidad misma, porque dependiendo de nuestra capacidad para educar a nuestros hijos, ellos contribuirán a mejorar o empeorar la sociedad en donde se desarrollen en u vida adulta. El mundo de hoy requiere de gente feliz, capaz de vivir en paz con sus semejantes y compartir la riqueza de este mundo haciendo sociedades prósperas. El mejor medio para que un ser humano pueda educarse y desarrollarse es la familia. La familia posee un poder formador y transformador. La familia forma a los padres y a los hijos por medio de las vivencias diarias. La familia nos da enseñanza de vida. Para tener familias fuertes y emocionalmente ricas deben retroalimentarse de sus miembros; de los padres y de los hijos por medio de una vida llena de valores y el amor como base fundamental. Pero es a nosotros los padres a quienes se nos confía la formación y educación de nustros hijos. Si queremos transformar este mundo en un mundo mejor, transformemos a nuestras familias. Si queremos transformar a nuestras familias, transformémonos nosotros los padres, ¿Cómo? Edificando la Familia.
