Robert Castel estuvo en la Argentina en varias oportunidades. A partir de una de esas visitas se estableció un fluido y rico diálogo entre él y la revista Topía. Una de las consecuencias de dicho proceso fue la primera edición de este libro que se agotó en poco tiempo. Desde aquel entonces hemos visto crecer el proceso de desafiliación y marginalización en todo el mundo sin pausa. No hay más que mirar el problema que plantean las migraciones hacia Europa desde África y desde América del Sur hacia los Estados Unidos. También cómo aumentan hasta porcentajes escalofriantes la cantidad de jóvenes sin trabajo o con trabajo precario, todo ello valida la vigencia de los conceptos-herramientas que en esta obra se desarrollan. En esta nueva edición se agrega un capítulo donde se incluyen diálogos con Robert Castel en los que profundiza sobre sus conceptos. En este sentido, aclara cómo propuso la noción de desafiliación en lugar de la exclusión: ?me parece que es una noción que intenta, que tiene por fin, interrogarse sobre trayectorias y no sobre estados. Si tenemos gente en dificultades: ¿de dónde vienen éstas, cuál ha sido su recorrido? ¿De qué entidad colectiva se han separado estas personas, de qué situaciones más instaladas? La noción de desafiliación puede tener ecos psicológicos o psicoanalíticos, pero lo que me interesa para el trabajo sociológico es que permite interrogarse sobre rupturas más abarcadoras, para mí es esencial en esto el fenómeno del desprendimiento o desenganche del mundo del trabajo. Pero este encontrarse fuera del trabajo implica tener problemas, problemas en la inserción relacional: por ejemplo, en la vida familiar. Pueden analizarse en forma concreta aspectos que son más subjetivos y personales de la desafiliación, que tienen connotaciones afectivas en términos de angustia, pérdida de referencias, etc. Lo que propuse llamar individualismo negativo es un fenómeno que ha aparecido y crece alarmantemente?.