La autora de Una pasión vintage nos cuenta en esta ocasión la historia de Ella, una joven de profesión pintora y retratista, que, a la hora de retratar a alguien, establece con el sujeto una relación muy íntima. El pasado de Ella es difícil, ya que su padre abandonó a su madre Sue cuando la niña tenía cinco años, desapareciendo con otra mujer, y desde entonces la chica aprendió a llamar papá a Roy, el nuevo marido de Sue, y padre de Chloe, su hermanastra, algunos años menor que ella. Los hilos narrativos fundamentales dentro de la trama son dos: de un lado la historia de John, el padre biológico de Ella, que intenta volver a contactar con su hija después de casi treinta años; del otro lado la historia de la protagonista, que se enamora del prometido de su hermana Chloe. John, encontrándose por trabajo en Londres (donde está ambientada la historia) escribe insistentemente a Ella (con quien no habla desde hace casi treinta años) para intentar un encuentro. Ella, sabiendo lo mal que se ha portado su padre natural, decide inicialmente no contestarle y pregunta más particulares sobre la historia - que siempre había sido un tabú - a su madre. Sue finalmente cuenta qué pasó: en aquel entonces, cuando Ella era pequeña, ella sabía que John tenía a otra mujer, y siempre lo había aceptado, pero un día descubrió que, además, tenía una hija. Al ver descubierto su secreto, John había decidido abandonarla y escaparse a Australia con su nueva familia. Así las cosas, Ella decide definitivamente no encontrarse con su padre, pero, ya lejos de Londres, John escribe a su hija proporcionándole su versión de los hechos, que es algo distinta: él, cuando conoció a Sue, ya estaba casado con la otra mujer y tenía a otra hija; además había intentado contactar con Ella durante todos esos años, pero había sido Sue quien se lo había impedido.
