Franklin siempre se divierte jugando con sus amigos. Pero él siempre elige los juegos y esto molesta a Oso. Al darse cuenta de que por su actitud ya no tiene con quién jugar, Franklin aprende una lección que le servirá para toda la vida.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información